Probablemente, en el ir y venir diario, pasáis alguna vez por la puerta de la Parroquia de San José. Deteneos un momento desde la acera de enfrente y mirad la figura de esta casa. Es como una tienda de campaña. Acampa en medio de esta parroquia de San José como signo de Jesucristo, la Palabra hecha carne, que ha puesto su tienda, ha acampado entre nosotros.
El texto de Juan hace alusión al antiguo tabernáculo o “Tienda del Encuentro” donde, en el desierto se albergaba el Arca de la Alianza y las Tablas del Decálogo. Es la tienda donde Yahvé se reúne con Moisés. Es un santuario desmontable que estaba adaptado a la vida nómada. Después, en tiempos de David, el santuario será sedentario y Salomón levantará el Templo del que hoy queda el famoso muro de las lamentaciones. Este templo era el único lugar de encuentro y reunión con Dios, pero, con la Encarnación, la carne, el hombre se va a convertir en ese lugar de manifestación de Dios. Y además, la Palabra hecha hombre, Jesucristo, va a poner su tienda entre nosotros. Es un nómada que va de un lado a otro, y nos quiere nómadas que es todo lo contrario a instalarnos. Nos quiere ágiles, al encuentro del otro y del pobre.
Por eso cuando os invitos a mirar la figura de nuestro templo, queremos que descubramos en esa figura de tienda una llamada a no encerrar a Dios en los muros del templo, a buscarle en toda carne, y si sangra, más claro lo veremos. Os invitamos a desinstalar nuestra fe y nuestras costumbres y con nuestra tienda a las espaldas, recorrer los caminos de la vida llevando a todos los rincones, sobre todo los más oscuros y malolientes, la suave fragancia del amor de Dios que se llama solidaridad.
Construcción del nuevo templo
La noche del domingo 8 de junio de 1977 se hundió toda la techumbre y parte de la torre del antiguo templo. A la mañana siguiente, las hijas de la caridad de San Vicente de Paúl nos ofrecieron su templo y aulas del colegio para dedicarlas a despacho parroquial y catequesis.
Se anduvo dos años para conseguir licencia de obras del Exmo. Ayuntamiento de Albacete por tratarse de zona de remodelación urbanística. Transcurrido ese tiempo se consiguió la licencia y el día primero de noviembre de 1981, D. Victorio Oliver Domingo, Obispo de Albacete, bendijo e inauguró el nuevo centro parroquial, siendo párroco D. Guillermo Sánchez Núñez y vicarios parroquiales D. Conrado de Prado de la Varga y D. Juan José López López.
El nuevo centro parroquial comprende el antiguo, unas escuelas colindantes en la calle Tinte y unas viejas viviendas en la calle Nueva, teniendo una extensión de solar de 700 metros cuadrados. Se construyó una planta de iglesia, que incluye sacristía, despacho parroquial, una sala de usos múltiples y servicios de aseo. También se construyeron dos viviendas dedicadas para sacerdotes de la parroquia.
La planta de semisótano incluye salón de actos, diez aulas para catequesis y sistema de calefacción. Posteriormente se dotó también al templo parroquial de sistemas de refrigeración.